Novak Djokovic está dando un gran paso en el tenis profesional. Después de casi 21 años dedicados a su carrera, el apasionado deportista está decidido a devolver algo a la comunidad que lo ha apoyado durante todo este tiempo. En lo que muchos especulan que será su última temporada, el serbio está uniendo fuerzas para la PTPA.
No solo se destaca en la cancha, sino que también está rompiendo barreras a medida que avanza en su carrera. Djokovic demuestra que su legado va más allá de los títulos, buscando un impacto duradero en el deporte y su comunidad.
El año pasado, Novak Djokovic expresó con pasión la necesidad de un cambio en el tenis profesional, afirmando: “Todos queremos ver un cambio en el nivel base porque el jugador número 150 del planeta tiene dificultades”. Esta preocupación es precisamente la razón detrás de la creación de la PTPA, que busca reformar las estructuras existentes en el tenis que no han estado sirviendo eficazmente a los jugadores.
Como señaló Nole: “La gente no se da cuenta de lo caro que es este deporte”. Con su compromiso, Djokovic no solo busca mejorar las condiciones para los tenistas, sino también crear un entorno más justo y accesible para todos en el circuito.
El mundo del tenis está al borde de una transformación, con la PTPA a la cabeza de la iniciativa, emprendiendo acciones legales contra la ATP y la WTA. ¿El objetivo? Eliminar esas asfixiantes cláusulas de no competición que impiden a los jugadores participar en eventos independientes. Esta batalla ha estado gestándose durante años, y la frustración es palpable.
Las temporadas se alargan, los partidos se extienden indefinidamente, las lesiones se acumulan, y los jugadores quedan maltrechos y exhaustos. A pesar de dedicar sus vidas a este deporte, no se les ofrece ningún respiro: solo más exigencias, más agotamiento y un preocupante silencio de aquellos que deberían respaldarlos. La PTPA busca cambiar esta narrativa y dar voz a los que luchan en la cancha.
Por eso la PTPA está luchando, no solo por un cambio, sino por la justicia, por un futuro en el que los jugadores tengan voz, donde se reconozcan sus sacrificios y donde el juego respete a quienes lo dan todo. La ira y el agotamiento son reales, y ya es hora de que el sistema tome nota.
Incluso el director ejecutivo de la PTPA, Ahmad Nassar, no se anda con rodeos. “ El sistema está muy sesgado en contra de los jugadores, además de ser subóptimo para los aficionados, los medios de comunicación y otros socios comerciales ”, declaró, exponiendo una realidad que muchos conocen pero pocos se atreven a decir en voz alta. Está exigiendo un cambio, no una solución de la noche a la mañana, sino una transformación a largo plazo. “Estoy pidiendo un plan de 10 años porque el tenis necesita una renovación y nadie parece tener una respuesta sobre hacia dónde vamos a ir a continuación ”, agregó Nassar, sus palabras resonaron con la urgencia de un deporte al borde del colapso.
La marcada diferencia entre el tenis y el golf dibuja un panorama aún más sombrío. El año pasado, sólo Novak Djokovic y Carlos Alcaraz entraron en el top 100 de deportistas mejor pagados, mientras que el golf contaba con diez jugadores en esa lista. Los Grand Slams pueden ofrecer el atractivo de grandes premios en metálico, pero más allá de los pocos que compiten en la élite, los salarios caen en picado. Los jugadores de tenis, que luchan con horarios brutales, calor castigador y riesgo constante de lesiones, suelen acabar con el cuerpo dolorido y las cuentas bancarias vacías, mientras que los golfistas pueden acumular millones sin siquiera acercarse a ganar. La desigualdad es flagrante y profunda.
No es de extrañar que los jugadores estén hartos. No sólo luchan por trofeos, sino por respeto, por su futuro y por su derecho a un juego limpio. La implicación de Djokovic con la PTPA es un testimonio de su devoción: sabe de primera mano lo que es luchar por todo, dejarlo todo en la pista, y quiere dar a sus compañeros una red de seguridad para cuando finalmente cuelguen las raquetas. Aunque los rumores sobre su retirada se hacen cada vez más fuertes a su alrededor, Djokovic no se echa atrás: sigue en la lucha, sigue decidido, sigue apasionado por cambiar el juego para mejor. Su fuego arde con fuerza y su dedicación es un recordatorio de que esta batalla está lejos de terminar.
Los planes de Novak mucho después de que abandone la cancha
Después de un paréntesis de siete años, Novak Djokovic está de vuelta en acción para su décima aparición en el Masters de Shanghái. Está decidido a convertirse en el tercer jugador de la Era Abierta en ganar 100 títulos a nivel de gira. Sin mencionar que también aspira a superar el récord de Roger Federer de 71 títulos en canchas duras. Pero ¿qué alimenta su deseo de volver a la cancha una y otra vez?
En una reciente conferencia de prensa, expresó: “Mi amor por el tenis nunca se apagará. Siento muchas emociones cuando juego. Y no solo en el torneo, sino también en las sesiones de práctica. A veces las cosas no siempre salen como uno quiere, pero creo que mi relación con el tenis es mucho más profunda que un torneo o un año o un éxito o un fracaso”.
A pesar de haber cumplido su sueño de ganar una medalla de oro olímpica, el tenista serbio admitió sentirse un poco agotado, lo que puede explicar su temprana salida del US Open 2024. Sin embargo, su pasión por el deporte sigue viva, como lo demuestra su victoria en la Copa Davis. Expresó su deseo de seguir vinculado al tenis incluso después de retirarse de las canchas, afirmando: “Es un deporte del que me enamoré cuando era muy joven. Todavía tengo amor por el deporte. Incluso cuando me retire del tenis profesional, seguiré en el tenis, seguiré involucrado en diferentes roles porque siento que le debo mucho a este deporte por lo que me ha dado”.
¡Qué compromiso tan inquebrantable! Parece que Djokovic está listo para demostrar que su pasión por el tenis sigue siendo tan fuerte como siempre. Así que los fanáticos deben seguir de cerca a este jugador. El Masters 100 podría ser otro capítulo increíble en su legendaria carrera.