Cuando Rafael Nadal entró en la cancha Philippe-Chatrier, fue recibido con una abrumadora ovación de 15.000 aficionados, todos ansiosos por presenciar la que probablemente sería su última aparición en Roland Garros.
Los asientos detrás de los palcos de los jugadores estaban llenos de estrellas actuales, entre ellas Carlos Alcaraz, su antiguo rival Novak Djokovic y la número uno femenina y tres veces campeona Iga Swiatek.
Entre los espectadores se encontraban la esposa de Rafa, María Francisca Perelló, su hijo Rafael Jr., su madre Ana María Parera, su padre Sebastián, sus tíos Toni y Miguel Ángel, así como otros miembros de su equipo.