Rafa Nadal recibió lo que parece ser una despedida final del Abierto de Madrid después de una dura derrota en octavos de final. La emoción fue palpable cuando su hermana y esposa, María Francisca Perelló, no pudieron contener las lágrimas al ver a la leyenda del tenis despedirse de la multitud. Nadal se enfrentó al joven tenista checo Jiri Lehecka, quien demostró ser un rival formidable, ganando en sets corridos por 7-5, 6-4.
A pesar de la derrota, el Abierto de Madrid permitió a Nadal disfrutar de un emotivo adiós, reconociendo su legado tras haber conquistado el torneo en cinco ocasiones. La despedida se tornó especialmente significativa, ya que muchos creen que este podría ser su último año compitiendo en el circuito profesional. “Estoy feliz”, declaró Nadal tras el partido. “Fue una semana muy especial para mí, muy positiva y emotiva. Gracias a todos los que me han ayudado en mi carrera. Aún no he terminado”.
El público, consciente de la magnitud del momento, aclamó al español mientras se proyectaba un video tributo. Nadal, con humor, confesó: “Esto es una broma… el año que viene volveré”, provocando risas entre los asistentes. Sin embargo, la tristeza en su palco era evidente; su esposa y hermana se secaban las lágrimas mientras los aficionados vitoreaban, sabiendo que podría ser el último adiós de Nadal en Madrid. Una despedida que quedará grabada en la memoria de todos los amantes del tenis.